Ricardo Otero |
Desearía ser quien dibujase los días, de esa manera habría de poner un sueño tras de otro, de aquella manera, podría poner tus ojos en el lugar del sol, podría situar tu mirada en donde la luna observa a los caminantes y vagabundos de ensueño que por el asfalto han de tapizar las huellas de una búsqueda, un camino que no pretende retornar.
Desearía también el poder cubrir tu cuerpo con la luz que desprende la esfera solitaria, blanca y destellante, desearía poder guardar las estrellas dentro de tus ojos, así tu serias el cielo al cual observe durante las horas el tiempo, perdido en el laberinto de tu mirada, universo desconocido al que presuroso me lanzo a descubrir.
Desearía también y por último, llegar a ser música, para vivir en tu mente, para acompañar tus sueños, siendo la melodía sobre la cual tu corazón se posa, siendo lo intangible pero existente e infinito, recorriendo tu cuerpo, erizando tu ser, acariciando tus sombras como el viento a las flores en los jardines celestes, para al final nadar en ti, en el vasto océano de estrellas libres en el sol que son tus ojos y el laberinto que es tu mirada.
J.R. Longstride
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