viernes, 5 de noviembre de 2010

El sueño del vagabundo

Ricardo Otero

Desearía  ser quien dibujase los días, de esa manera  habría de poner  un sueño  tras  de otro, de aquella manera,  podría  poner  tus ojos en el lugar del sol, podría  situar tu mirada  en donde la luna observa a los caminantes y vagabundos de ensueño que  por el asfalto han de tapizar las huellas de  una búsqueda,  un camino que no pretende  retornar.

Desearía también el poder  cubrir tu cuerpo  con la luz que desprende la esfera solitaria, blanca y destellante,  desearía  poder  guardar  las estrellas dentro de  tus ojos, así  tu serias el cielo al cual  observe  durante las horas el tiempo, perdido en el laberinto de tu mirada, universo desconocido al que presuroso  me lanzo a descubrir.

Desearía también y por último,  llegar a ser  música,  para vivir  en tu mente,  para  acompañar tus sueños, siendo la melodía sobre la cual tu corazón se posa,  siendo lo intangible pero existente e infinito,  recorriendo tu cuerpo, erizando tu  ser,  acariciando tus sombras como el viento a las flores en los jardines celestes, para  al final  nadar en ti, en el vasto océano de estrellas libres en el sol que son tus ojos y el laberinto que es tu mirada.

J.R. Longstride


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