viernes, 5 de noviembre de 2010

LA FOTOGRAFÍA: LA RAMERA DEL AHORA Parte Primera

Ricardo Otero

Hace tiempo que no sucedía  algo tan particularmente ofensivo  o tan siquiera  molesto  para con aquellas  “cosas”  que  considero de  gran importancia  o mínimamente respetables y admirables, ya sea por su aportación al mundo o  solo por  su  forma y aplicación individual.

Desde  hace mucho la observación que presto a todo lo relacionado con la imagen y el elemento sonoro es,  y por beneplácito de lo indiscernible,  constante del día a día, casi que  un vicio y placer, ese placer que por momentos se considera único, pero que  por culpa quizá de lo  concebido como alternativo o moderno,  resulta  ahora  vulnerado y altamente entregado a la prostitución.   Pero, ¿qué digo? ;  no otra  cosa que  no sea  una exclamación de  un  profundo e intolerable sentimiento de  rabia y quizá en la medida de mis palabras, déspota actitud  con el referente humano que ha  dispuesto del  bello y gallardo discurso de la imagen, en  una recopilación   infame de  lo que se  considera y tal vez a los ojos del  contexto histórico actual,  buenas obras;  pero cuales buenas obras! Si  de entre  un manojo de  imágenes  solo puedo observar atónito,  como nacen abortos de  una posibilidad ya resuelta  por significaciones  que han quedado marcadas por  criterios muchísimo más profundos  y honestos  para con “el ejercicio creador de la imagen”.

Ricardo Otero

Para no entrar en contraposiciones semióticas ni  alteraciones del discurso individual,  me basta con  acusar  la  idea que sobre la fotografía  contemporánea se yergue, develando  un significado  que  rosa con la aberración,  que  fortalece  el camino vago y pretencioso de  muchos acólitos de su propio “ego humanista” ( risas) ; y es que no es  una  observación burda  y  plagada de parcialidades ni referentes  individuales, ni gustos  propios  ni  prepotencias,  es  más que ello, es mucho más que cualquier  acusación que  sobre mi discurso se haga;  es  y en gran medida  una denuncia,  un panfleto que diluye las  malsanas y deshonestas formas de  obturar.

“La necesidad de confirmar la realidad y enfatizar la experiencia mediante fotografías es un consumismo estético al que hoy todos son adictos”
Roland Barthes 

¿Realmente somos adictos a enfatizar en la experiencia mediante la imagen fotográfica o  estamos tan desesperados por   confirmar que esta es nuestra realidad? que recurrimos al ejercicio de la fotografía como  una herramienta de carácter histórico  para a través de ella  abstraer un pensamiento o una idea.   No ¡  por supuesto que no,  y antes que hablar de mí  prefiero hablar de lo observado,  observado es entonces que  el tomar  fotografías  no  se relaciona ni por milésimas o segundos  a lo que  Barthes planteó;  dada la explosión de creatividad  y creativos, hoy  muchos  ostentan la posibilidad creadora,  esa que no es otra cosa más que el surgimiento de  una nueva especie que concibe a la fotografía como la nueva ramera de lo alternativo,  como esa ramera a la que  todo hombre  accede para calmar sus  lujurias,  en este caso, las del  nuevo estereotipo,  el fotógrafo  del ahora.    Ese que no transporta sus  sueños y elaboradas  manifestaciones psicológicas o tan siquiera  epifanías de  un mundo, denuncias del ahora o pretenciosa  actitud frente a las posibilidades que  el discurso y la lectura de la imagen ofrece.

No, hoy  no se  cran imágenes,  hoy se  toman fotos de todo aquello que  el vulgo  o  parte de la mayoría, considera digno de admiración y  exaltar.  Es el caso de fotografías que  chocan con  el sinsentido más allá del que  ojos ineducados  puedan otorgarle por beneplácito de sus  infames y altivas pretensiones artísticas o solo del producto de la comparación  con obras de otras categorías.

Ricardo Otero

Hoy  las fotografías no representan a su obturador,  hoy la imagen no luce  un gallardo brillo de sensatez y honestidad, hoy  ya no encontramos discursos poéticos  elaborados con desdén,  con pasión y hasta  una picardía propia de la curiosidad,  hoy  no existe fotografía alguna  hasta  donde haya podido  observar que  sea  realmente honesta, y me atrevo a asegurar, como quien afirma que necesita el aire  estando sumergido en aguas de la decadencia, que  a excepción de la fotografía paisajística o de la naturaleza, todas las demás categorías de las artes fotográficas  han sido denigradas,  utilizadas y  juvenilmente apropiadas por  personas que reconocen en este  “arte”  EL NUEVO FETICHE DE LOS ALTERNATIVOS  aquellos que  fotografían  solo lo que se ve bien, y que se sabe, al séquito del vulgo  les ha de fascinar, en la medida que se lean  formas y contextos ya predeterminados por su composición.
Y es esta otra de las falencias de la fotografía contemporánea,  se está jugando con elementos y significados que ya  tuvieron su momento en la histórica;  refierome a que  se utilizan las texturas y los tonos  de la fotografía “clásica” (Cartier Bresson- André Kertész-Dorothea Lange)  entre otros,  para denotar  y por  una estructura narrativa  consagrada, una obra moderna  altamente elaborada, cuando solo es menester  poner nuestras cámaras en blanco y negro y  asegurar que se vea  lo más  extranjera posible, de tal manera seremos llamados  “más pro.” O más  talentosos.  (Basura  digo a esto)

Y para  terminar con la enfrenta a la insensatez,  resta decir que  el aliciente  que  ha convertido  a la fotografía en  un lápiz para escribir  incoherencias y basura,  son los concursos, aquellos que reúnen al ejercito de  la imagen contemporánea y alternativa del mundo. Patrañas,  todos dedicados a relucir  entre  tantos por  jugarretas del destino o las causalidades, aquellos que tienen una curiosidad  innegable por la imagen, pero que están acechados por estos  fotógrafos del momento,  fotógrafos de la inmediatez  y que  en honor a sus causas   “artísticas”  confluye en un grupo  que  pretende  quizá  crear  la ventana por la que han de saltar los nuevos paladines de  la imagen ( risas  nuevamente).

Es cómico el sentir  algo de  jocosidad y a su vez de  ira, tal vez porque el ahora es más grande que lo que debió ser, tal vez porque   entre  los publicistas, los comunicadores sociales y los estudiosos de la Tv y el cine,   han transformado  cualquier posibilidad de relucir y  exponer sus premisas banales por más,   en una posibilidad concreta, donde  la imagen ya no representa al ser humano en su  propio mundo con ventanales abiertos a la expectativa de aquello que aun no se logra enfocar,  ahora,  la fotografía es como un sueño,  solo él pertenece a su creador más el mundo de lo tangible  ha hecho de la imagen el recurso inagotable de la generación infame.   Aquella que entre más casual y moderna desinteresada parezca sea mucho más connotativa, siendo esta absurda y  patética.


 J A V I E R   R I C A R D O   O T E R O   /  J.R. LONGSTRIDE

1 comentario:

  1. Una buena muestra de que la imagen puede ser tan inspiradora como un tibio poema, enciende y aviva el fuego crítico de las mentes que se involucran con la emotiva experiencia del arte fotográfico.
    Ricardo que la sublime creación de niepcephore siga recreando su imaginario y manteniendo en constante renovación la llama de su reflexiva manera de apreciar esta mágica técnica.
    Javier Suescun.

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